¿Cuándo merece la pena contratar una gestoría y cuándo no?

No todo el mundo necesita una gestoría desde el primer día, y decirlo también es una forma de hacer bien nuestro trabajo.

Muchas personas que empiezan como autónomas o con un pequeño negocio se preguntan: ¿lo hago yo o contrato una gestoría? La respuesta es sencilla: depende del momento.

Cuando puedes hacerlo tú mismo/a

Al principio, puede que no sea imprescindible contar con una gestoría si sabes bien cómo hacerlo y se cumplen estas condiciones:

• Tienes pocos ingresos y pocas facturas.

• Tu actividad es sencilla.

• No tienes trabajadores.

• Te organizas bien, conoces los modelos que debes presentar y cumples los plazos.

En estos casos, llevar tú la gestión puede ayudarte a entender mejor tu negocio. Aun así, es importante hacerlo correctamente desde el primer momento.

Cuando sí merece la pena una gestoría

Normalmente, el cambio llega cuando:

• Te falta tiempo o los impuestos te generan estrés.

• Tus ingresos crecen o la gestión se complica.

• No tienes claro qué gastos puedes deducir.

• Te preocupa cometer errores o recibir sanciones.

Aquí es donde una gestoría te ahorra tiempo, dinero y preocupaciones.

Nuestro consejo

Llevar tú mismo la gestión al principio puede ser útil, pero saber cuándo apoyarte en un profesional marca la diferencia.

Una gestoría no solo presenta impuestos: detecta errores antes de que ocurran, optimiza tu situación y te avisa de lo que viene. Además, es importante saber bien cómo hacer cada trámite, porque las administraciones públicas no perdonan errores ni plazos fuera de fecha. Muchas veces, cuando un cliente llega tras un problema, habría sido más sencillo (y económico) haberlo prevenido.

En Gestoría Sara analizamos tu caso y te decimos con honestidad qué necesitas en cada momento, ni más ni menos.

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